La distancia, la pobreza y la falta de tecnología en la zona “C” en el sector de Embajada de Japón en Cayma no fue un impedimento para 15 estudiantes de la escuela profesional de Ingeniería de Sistema, se decidieran a formar un club de robótica y utilizar elementos reciclados como palitos de helados, bajalenguas de maderas, Cds usados y moto reductores para construir prototipos de muñecos automatizados.
Los jóvenes santamarianos formaron el grupo Epis Bost y decidieron instruir durante seis semanas a 50 niños entre los 10 y 13 años, a quienes les enseñan a ensamblar los prototipos de robots, así como les brindan conocimientos para potenciar su educación y cultura en las zonas de bajos recursos económicos.
Según, explicó el coordinador del equipo, Michael Machaca Sucno, este proyecto lo realizan atendiendo el pedido de la Asociación “Mujeres con Esperanza”, porque lo que buscan es despertar en los adolescentes el interés por la ciencia y tecnología, motivándolos a seguir una carrera universitaria en ingeniería.
“La falta de recursos no debe ser un limitante, ni un impedimento para el aprendizaje, nosotros hemos lograron reunir elementos que muchos desechan y con ellos crear pequeños prototipos, a la vez desarrollamos en los menores la creatividad, y comienzan a utilizar sus conocimientos de matemáticas para realizar cálculos, así como también aprender parte del lenguaje de programación, una herramienta que les servirá en el futuro”, indicó.
Mirando al futuro
El valor añadido que ofrece la robótica educativa, es un aprendizaje basado en la experiencia, todo un proceso de formación vivencial, innovador y diferencial. Permite Involucrar a los estudiantes en una participación activa mediante la experiencia, además estimula el cerebro y mejora la calidad del aprendizaje.
La Escuela Profesional de Ingeniería de Sistemas de la Universidad Católica de Santa María, conocedores de este impacto emergente, y conscientes de que “Un pueblo sin cultura, es un pueblo sin vida”, planteó desarrollar estrategias para que nuestros niños, jóvenes y adultos no permanezcan en el letargo.
De acuerdo a la visión de la actual gestión del director de la escuela Ing. Guillermo Calderón Ruiz, “…el impartir conocimientos sobre robótica nos pone a la vanguardia del conocimiento humano, es por ello que desde la academia se busca preparar a la población impartiendo concomimientos nuevos que son parte del nuevo siglo los cuales están acorde a las necesidades y expectativas de la población catalogada como generación Z”.
El taller que se imparte a los menores en la zona alta de Cayma, constituye responsabilidad social de la casa santamariana basado en el principio “Enséñame y lo Recuerdo, involúcrame y lo aprendo”.