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Discurso de Orden – 28 años de creación de nuestra EPG

Señoras y Señores

Quiero agradecer el honor conferido por el Dr. Hugo Tejada Pradell, al encargarme el Discurso de Orden, por el Vigésimo Octavo aniversario de creación de la Escuela de Post Grado, encargo que agradezco y acepto en nombre de todos los antiguos y nuevos alumnos de la Escuela, a quienes me honro en pertenecer.

En esta oportunidad, no puedo evitar recordar que hace 54 años estoy vinculado a nuestra universidad, mi alma mater, a la cual ingresé como estudiante en el año 1964, en la antigua casona de la calle Santa Catalina, con el Padre Morris en la puerta, esperando a los nuevos estudiantes; este sentimiento me lleva en primer lugar a expresar mi reconocimiento a este gran sacerdote, quien con su esfuerzo, dedicación y tenacidad, permitió que hoy día la Universidad sea lo que es y, en consecuencia, nuestra Escuela de Post Grado.

Se define a la universidad como una institución educativa; si lo es, pero no exclusivamente, ya que comparte este rol con otras instituciones de diferentes niveles. Se dice que su función es la formación de profesionales y académicos o la preservación de la cultura, lo cual es cierto, pero no en exclusiva de la universidad.

En este contexto, ¿cuál es la función que distingue a la Universidad, que está en ella y solamente en ella? La respuesta es la investigación científica, que se realiza principalmente en las Unidades de Post Grado, como nuestra Escuela. Algunas otras instituciones también lo hacen, pero todas ellas tienen su base en profesionales universitarios y con frecuencia, recurren a la universidad como soporte de sus investigaciones.

Pero ¿qué tipo de investigación científica se debe realizar? Es aquí donde quiero regresar al pensamiento de Tomás de Aquino, mencionado en el introito y relacionarlo con el concepto de la universalidad de la ciencia, que se debe desarrollar por encima de las investigaciones particulares y muy frecuentemente, investigaciones aplicadas, que por supuesto no son cuestionables, pero tampoco satisfacen plenamente el rol de la universidad.

En tiempos recientes hay una tendencia en las universidades en general, de perder su esencia y convertirse en instituciones “tecnicistas”, priorizando los aspectos técnicos antes que humanistas, lo que genera errores en el concepto de “universidad”; se nos puede confundir con instituciones tecnológicas, muy respetables por cierto, pero que no tienen el carácter de universidad.

La universidad debe volver su mirada a las raíces del conocimiento y no sólo a las ramas. El pensamiento de Tomás de Aquino de hace más de setecientos años, sigue vigente.

En este contexto, quiero proponer un tema que puede parecer contradictorio con estas afirmaciones: la universalidad relacionada con las megatendencias globales, que son específicas pero con dimensión universal.

La universidad como institución, no puede estar desvinculada de la realidad y de las tendencias que afectan a la sociedad y debe contribuir a responder las  inquietudes permanentes de la comunidad universitaria y de la sociedad en general. ¿Hacia dónde va la universidad? ¿Cómo es la universidad que queremos? Estas preguntas comprometen a la universidad, como agente académico y social con gran responsabilidad, que en algunos casos no se asume ni se cumple. Veamos algunas de las principales megatendencias.

 

Globalización

La megatendencia con mayor impacto en la actualidad es la globalización; no es un fenómeno nuevo, data desde el inicio de la sociedad moderna, cuando se inicia la generación de relaciones entre países; es un fenómeno casi tan antiguo como el hombre, pero si debemos encontrar una fecha de inicio de este fenómeno, podemos hacerlo con la constitución de la Organización de Naciones Unidas en el año 1945, que marca la institucionalización de la relación entre países, cuya finalidad fue y es, preservar la paz en el mundo y evitar se repita un conflicto bélico mundial, como el que finalizó a mediados del siglo pasado. Ojalá no se presente en los próximos días.

Esta megatendencia se puede definir como la interdependencia entre los países, con tendencia a unificar economías, sociedades y culturas, con el efecto positivo de generar sinergias, que afectan positivamente a todos los países, pero con el alto riesgo de perder la identidad nacional y cultural de los pueblos.

Esto ha originado también que decisiones gestadas en los países del hemisferio norte, se transmitan al resto del mundo, como ahora está sucediendo por la política de un país del Norte América, cuyos efectos negativos se están acercando al Perú.

El fenómeno de la Globalización vino acompañado y potenciado por el desarrollo de las Tecnologías de la Información y Comunicaciones, que indudablemente han favorecido el desarrollo y avance de la integración, pero que desde el punto de vista humano puede tener efectos negativos, por cuanto la persona se está “deshumanizando”, al estar siendo sustituida por dígitos, bytes y códigos binarios; pronto seremos solamente un campo en un sistema informático.

 

¿Qué puede hacer la Universidad?

Nuestro rol debe estar vinculado con el sostenimiento de los valores fundamentales, de las creencias y tradiciones y, en particular, de la persona, por lo que se debe tener una permanente actitud crítica con respecto a los procesos que se vienen desarrollando; éstos son inevitables, pero debemos tratar de mitigar sus aspectos negativos y potenciar los positivos.

Una vez más me refiero a Tomás de Aquino y a la “ciencia universal y primera” que debe regir nuestra conducta. Este concepto tiene estrecha relación con lo que está sucediendo hoy, que se está perdiendo la conciencia respecto del espíritu del hombre y la tecnología nos está arrasando.

Como universidad debemos recuperar el respeto por el humanismo que se ha  perdido; no podemos regresar a la posición de Dante Alighieri o Petrarca, pero si incluir en la formación de nuestros alumnos estos aspectos; tenemos que diferenciarnos de las escuelas técnicas, no somos tecnicistas, somos universitarios en el sentido profundo de la palabra, recuperemos nuestra tradición y cultura, no nos dejemos avasallar por las tendencias “modernas” de ser solo profesionales, seamos auténticos universitarios.

 

Demografía    

Otra de las megatendencias presentes, es el cambio en la estructura poblacional, que se da por diferentes causas y motivos, muchos de ellos justificados, pero que influyen en la sociedad y que por lo tanto debemos estar atentos a ellos.

A nivel mundial la base de la pirámide poblacional, tradicionalmente amplia, se está estrechando, cada vez es menor, lo que significa que la población joven disminuye en términos relativos, en tanto que la población adulta proporcionalmente aumenta. Esta situación tiene implicancias económicas y sociales importantes. Es de prever que esta tendencia se irá magnificando en el futuro, pudiendo llegarse a situaciones extremas.

Desde el punto de vista económico, la población productiva que genera los recursos para el sostenimiento de la población adulta, es proporcionalmente menor y por lo tanto debe asumir una carga cada vez mayor o los recursos destinados a pensiones, serán cada vez menores; esto afecta la calidad de vida de las personas, cuya preservación es el fin último de la economía; no olvidemos que la economía está al servicio del hombre y no el hombre al servicio de la economía.

Desde el punto de vista humano, se producen estados de frustración de los adultos mayores, al sentir que han perdido su utilidad en la sociedad, que no se les reconoce, lo que en muchos casos se traduce en una reducción de la esperanza de vida. La sociedad no es capaz de encontrar una propuesta para este segmento de la población.

Otro importante cambio demográfico es el liderazgo de la mujer en el campo académico, empresarial, económico, político y en general en todos los aspectos de la sociedad. Este hecho tiene varias implicancias, como su presencia en diferentes actividades, participando en iguales condiciones con colegas del género masculino, creando una sana competencia que favorece el desarrollo de todos.

Uno de los problemas presentes en la sociedad en general y en la sociedad peruana en particular, es la violencia familiar que frecuentemente es en contra de la mujer, situación que desafortunadamente está presente en diferentes estratos socio culturales; uno de los aspectos que influye positivamente para paliar esta lacra, es la independencia económica de las mujeres, ya que les permite mejorar su ubicación en el seno del hogar. Esto se está logrando por la presencia creciente de la mujer en los diferentes campos sociales.

 

¿Qué puede hacer la universidad?

La igualdad de género es algo presente en las universidades del mundo occidental, donde se respetan los derechos de ambos géneros por igual, lo que no sucede en los países musulmanes. En este aspecto hemos avanzado mucho.

Nuestro reto, como universidad, es combatir la violencia familiar, en particular en contra de la mujer, lo que se puede lograr mediante la promoción de actividades productivas para ellas, especialmente en los estratos de menores ingresos, facilitando así su independencia económica.

La capacitación y la toma de conciencia de las mujeres, es algo en lo cual debemos y podemos intervenir, lo que incluye lucha frontal contra el aborto, en todos los frentes y, particularmente con nuestros estudiantes para que tomen conciencia de la gravedad y seriedad del problema.

En general, debemos estar atentos a los avances en este proceso, para acompañarlos y apoyarlos.

 

Reordenamiento Económico

En las últimas décadas se ha producido un reordenamiento económico de los países, cuyo principales exponentes son China e India, que se están convirtiendo en líderes mundiales, en perjuicio de las economías tradicionales como Estados Unidos y la Eurozona; la tasa de crecimiento de China es aproximadamente seis veces la de Estados Unidos, por lo que en un futuro cercano el país asiático será la primera potencia económica del mundo.

En el caso de Latinoamérica, la performance de nuestra región está por encima del promedio mundial, ya que la mayoría de países están creciendo a tasas importantes; desafortunadamente en algunos casos esto no se cumple, por problemas internos o errores en su conducción.

El Perú no es ajeno a este proceso y, por el contrario estuvo liderando el crecimiento de la Región de Latinoamérica, pero hecho recientes como la corrupción y el Fenómeno El Niño, cambiaron la situación en el año 2017; esperamos que este año supere al anterior, a pesar de los graves problemas de corrupción del sistemas judicial, que afectan la confianza en el país y, consecuentemente la inversión privada extranjera.

Sobre este tema, procede preguntarse si la mitigación de estos problemas sociales es responsabilidad exclusiva del estado. Está claro que no lo es, que todas las instituciones públicas, privadas, sociedad civil y academia debemos estar involucrados en esta lucha. Es responsabilidad de todos.

El estado debe asignar los recursos con que cuenta, en forma diligente, eficiente y eficaz, cuidando que el destino de los mismos sea el más provechoso para la sociedad. La empresa privada debe cumplir sus principios de responsabilidad social, protegiendo los intereses de todos sus stakeholders, esto la sociedad en que opera, sus clientes, proveedores, trabajadores y accionistas. La sociedad civil, administrando los recursos que le corresponden, en la mejor forma posible.

Al respecto el Papa Francisco ha dicho: “Hemos creado nuevos ídolos. La antigua veneración del becerro de oro ha tomado una nueva y desalmada forma del culto al dinero y la dictadura de la economía, que  no tiene rostro y carece de una verdadera meta humana”

Todos debemos contribuir al crecimiento económico, pero también al desarrollo: libre mercado con rostro humano.

 

¿Qué puede hacer la universidad?

Una vez más recurro a Santo Tomás de Aquino, regresemos a la ciencia universal, retornemos a los valores y derechos fundamentales de la persona.

La universidad tiene la obligación de formar profesionales universitarios, no solo técnicos, que tengan una convicción clara de su rol en la sociedad. El éxito profesional y económico es perfectamente compatible con la contribución a la sociedad.

En el caso de nuestra universidad, es importante precisar que lo estamos demostrando con el ejemplo institucional, lo que no sucede en el caso de otras universidades, que operan sólo por un afán de lucro.

Nuestra responsabilidad con el desarrollo, está en la formación de nuestros jóvenes con criterio claro y decidido para contribuir con la sociedad; además las acciones de proyección social universitaria y nuestra propia responsabilidad social institucional, que debe contribuir de manera decidida con nuestros stakeholders.

 

Medio Ambiente

Desde hace muchos años, el actuar del hombre ha venido deteriorando seriamente el medio ambiente de nuestro planeta, en parte por desconocimiento del impacto negativo de algunas de sus actividades, pero en gran parte porque otras prioridades han definido su comportamiento.

Esta situación está vinculada con el calentamiento global, que se viene dando en forma irreversible, con nefastas consecuencias por desastres naturales, escasez de agua en algunas zonas, lluvias desastrosas en otras, impacto en la productividad agrícola, con el consecuente riesgo sobre la seguridad alimentaria, riesgo por afectar la diversidad biológica, que es de mayor importancia en países tropicales y comunidades rurales.

Todo ello deviene en un riesgo sobre la población actual y particularmente la futura, las generaciones que vienen y que encontrarán un planeta con grandes dificultades para la supervivencia.

Entonces, nos preguntamos, ¿qué hemos hecho? En parte las causas son naturales como el efecto invernadero causado por la acumulación de dióxido de carbono, proveniente de la respiración de los seres vivos, o los ciclos climáticos vinculados a las fluctuaciones solares.

Sin embargo gran parte del problema ha sido causado por el hombre, al haber deforestado zonas naturales, por el uso generalizado de combustibles fósiles que desprenden grandes cantidades de dióxido de carbono, la sobre explotación irracional de los recursos naturales, la producción de clorofluorcarburos de uso extendido en refrigeración y aerosoles, utilización de bolsas de plástico, sorbetes y similares; en fin, pareciera que el ser humano ha hecho todo lo posible por destruir la naturaleza.

El problema está presente, esta megatendencia está relacionada con la protección del medio ambiente y la mitigación de los riesgos inevitables.

 

¿Qué puede hacer la Universidad?     

Los mecanismos para atenuar este serio problema, igualmente están en manos del hombre.

La reducción de emisiones en general es una alternativa, en la cual la universidad puede participar activamente mediante la creación de conciencia sobre la gravedad del asunto y capacitar a jóvenes y niños sobre las medidas posibles de aplicar, por ejemplo la reducción de emisiones provenientes de los motores de explosión mediante el uso de combustibles menos contaminantes, la promoción de productos biodegradables, impulsar el turismo ecológico.

Nuestra Escuela debe promover investigaciones orientadas al uso de tecnologías más limpias, que no solamente sean aplicadas en forma actual y directa, sino que formen escuela para la sociedad en general.

La universidad, en general, tiene la gran oportunidad de trabajar con jóvenes, de mente amplia y abierta, con preocupación por el futuro; trabajemos con ellos, creando conciencia ambiental.

 

Megatendencias Económicas

La producción de bienes y servicios, se ha globalizado, muchos de los productos, particularmente los de tecnología, no tienen país de origen pues son fabricados en diferentes lugares, dependiendo de los costos, ya que las grandes corporaciones producen en aquel país que ofrece “mejores condiciones”, pero ¿que entendemos por ello?, o mejor dicho ¿qué entienden las grandes corporaciones por mejores condiciones? Es posible que se entienda como salarios más bajos, menos impuestos, normatividad ambiental más flexible….

Otro fenómeno es la mayor relevancia del aspecto financiero en las empresas, antes que el aspecto productivo, lo que ha originado una concentración de capitales, que deriva en situaciones de oligopolio y consecuentes posiciones de dominación en el mercado, afectando a los consumidores, por la violación de las sanas normas de competencia.

Entre los aspectos positivos tenemos que la mayoría de los países están operando con una política liberal, lo que redunda en beneficio de la población; igualmente se viene dando un importante cambio en los patrones de la población, con preferencia por el consumo de productos naturales, preferentemente orgánicos y nutraceúticos, lo que reduce el uso de agroquímicos contaminantes.

Finalmente, pero no por eso menos importante, se ha creado en el sector privado una conciencia de Responsabilidad Social; la actuación de las empresas, principalmente las de mayor dimensión, está enmarcada en principios de respeto a la sociedad, el medio ambiente y a sus stakeholders.

 

¿Qué puede hacer la universidad?  

Lo más importante, al igual que en las otras megatendencias, es la concientización de la sociedad, promoviendo los principios básicos del “nuevo” modelo económico, que en realidad es propuesto por Adam Smith en 1756, pero que nuevamente está vigente en el mundo, después de tantas décadas perdidas. Es por ello importante que la universidad en general, y no me refiero a la nuestra, actúe en consonancia con estos principios.

La universidad tiene el reto, compromiso y responsabilidad, de apoyar y promover los impactos positivos de las megatendencias, pero tiene también la misma responsabilidad de combatir sus aspectos negativos.

La mejor forma de consolidar el rol de la universidad es mediante la investigación, especialmente por las actividades de post grado, pues es un aspecto que nos distingue, debemos crear nuevo conocimiento; retomo el pensamiento de Tomás de Aquino, la ciencia universal debe primar sobre las ciencias particulares. Logremos que la universidad realmente sea tal, con un sustento humanista y filosófico y no solo tecnicista.

Señor Director de la Escuela de Post Grado, agradezco una vez más el honor de esta designación y hago votos porque el futuro de la Universidad Católica de Santa María en general y de la Escuela de Post Grado en particular, mi alma mater, sea como hasta ahora próspero y por la senda del bien.

 

Patricio Quintanilla Paulet
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