Para James Fernández Salguero, abogado de profesión y docente de la Facultad de Ciencia Jurídicas y Políticas de la UCSM; en el contexto actual de corrupción, las universidades son las instituciones que gozan de credibilidad. A continuación una entrevista sobre el escenario político convulsionado marcado por la reforma del Consejo Nacional de la Magistratura.
¿Qué opina de la reforma del Ministerio Publico para hacer eficaz la lucha anticorrupción?
Yo creo que las instituciones cada tiempo deberían tener una reforma, pero lo importante es que se ejecute. Siempre que hay una crisis, la mejor forma de salir es hacer una reingeniería, pero pasa el tiempo y nunca llega esa reorganización.
Yo creo que si en este momento tenemos la voluntad del gobierno, del congreso y de la población, hay que empezar a hacer esa verdadera reforma, pero con personas que conozcan la realidad del Poder Judicial y del Ministerio Público.
No solo se trata de la voluntad que puedan tener las personas sino que también, muy importante en toda reingeniería, es el presupuesto que tienes que asignar para esas reformas. Hay que implementar, y la implementación tiene un costo.
Las condiciones en las que ha sido aprobada reforma del Concejo Nacional de la Magistratura plantean que una comisión especial que determine quiénes serán los nuevos miembros de lo que será la Junta Nacional de Justicia, ellos tendrán que cumplir con una serie de cualidades. ¿Se pueden encontrar personas idóneas para que la constituyan o en la situación actual es un poco arriesgado?
Definitivamente puedes conseguir personas, en todas las instituciones vas a encontrar gente buena y gente que por más que tenga 60 años no va a actuar correctamente. Esta comisión va a garantizar que se pueda elegir a personas que reúnan las condiciones para poder estar en sus cargos, condiciones no solamente referidas al título profesional o los años de experiencia, sino la solvencia moral.
Cuando ya tienes 45 o más años ya tienes una trayectoria y la gente sabe de esa trayectoria, porque cuando tienes esa edad puedes tener 20 o 25 años en el ejercicio de la profesión, y la gente sabe cómo has actuado profesionalmente, ya sea en el campo privado o público. Nos conocemos y sabemos cuál es el actuar de esas personas, por eso yo creo que está bien establecer requisitos para que puedas acceder a estos cargos.
Pero lo importante también es la vigilancia, esa fiscalización que tenemos que hacer todas las personas porque a veces simplemente nos dedicamos a criticar pero nunca a participar, y la constitución y todas las normas de transparencia te dicen que la mejor forma de garantizar que exista una actuación correcta por parte de las autoridades es que haya vigilancia de la ciudadanía pero participativa, no simplemente crítica.
Destaca una figura, que es la persona de la que más se ha estado hablando estos días, el ex fiscal de la nación, Pedro Chávarry y él, incluso desde el momento en que se le asigna el cargo, llega con una serie de cuestionamientos. ¿Qué opina al respecto?
Lamentablemente él no supo manejar estos temas porque si él veía que no era correcto lo que se decía en los audios debió salir a explicar, pero sin enfrentar. Lo que él hizo fue confrontar, pelearse con algunos miembros de su misma fiscalía y buscar un aliado político, cuando no era una alianza política, acá era una alianza técnica, donde tu tenías que mostrar que la institución a la que representas está al margen de lo político.
Entonces su defensa, sus descargos debieron ser desde ese punto de vista, pero lamentablemente se politizó y terminó como tenía que terminar, con la destitución, el pedido de la población, de muchas instituciones, incluso del congreso, con personas que lo apoyaron desde un primer momento pidiendo que deje el cargo, entonces (Chávarry) no supo afrontar todos estos temas.
Por otro lado también vemos que hay muchas personas que reúnen todas las condiciones. Probos, profesionalmente intachables, que desde sus cimientos, es decir, desde sus estudios escolares y universitarios tuvieron una conducta (correcta), pero no quieren participar porque saben lo que sucede. Con una denuncia justificada o injustificada se puede malograr toda esa trayectoria, por eso muchas personas prefieren no aceptar cargos ni meterse en política.
Lo ves desde los estudiantes, los buenos estudiantes, cuando les dices ¿porque no participas?, te dicen que no porque en su chip el político es corrupto cuando debería ser al contrario, esa gente debería estar contribuyendo y participando. Eso tenemos que ir trabajando poco a poco, cambiando esa imagen para que sean ellos quienes en determinado momento puedan estar ocupando esos cargos.
También es importante la participación de la academia en estos cambios porque no podemos permanecer al margen y simplemente ser personas que critican, pero para adentro, cuando lo importante es nuestra participación hacia afuera, que es lo que espera la población. Las instituciones que gozan de credibilidad en este momento, en la sociedad, son las universidades. La universidad debe tener un rol más activo en estos temas.
¿Desde el instituto Víctor Andrés García Belaunde se ha analizado el tema?
En el instituto de todas maneras hemos visto este tema. Es más, hemos recibido un documento de parte de la comisión que se ha formado para la reestructuración y estamos viendo que tienen que haber cambios definitivamente, pero estos cambios siempre se ven desde el punto de vista centralista y nunca lo vemos desde el punto de vista de una verdadera descentralización.
Consideramos por ejemplo, que si hay una corte suprema en Lima, deberíamos descentralizar esa corte suprema, de repente que haya una en el norte, el sur, el centro, yo qué sé. Pensamos en los partidos políticos y en el gobierno nacional, hay que pensar también en una forma de fortalecer los partidos provinciales, distritales, y así en otros temas que creemos que es importante tocar, cambios en el aspecto político, judicial, pero también acordándonos de que hay que hacer una verdadera descentralización.