Juanita fue encontrada en la cumbre del nevado Ampato, el 8 de setiembre de 1995, por el proyecto Santuarios de Altura del Sur Andino, bajo la dirección del Dr. Johan Reinhard y el Dr. José Antonio Chávez. La “dama de Ampato”, como se le denominó a la momia, que al momento de su muerte tenía entre 12 y 14 años, pesaba 35 kilos su estatura bordeaba un metro cincuenta.
Por los estudios realizados, se puede decir que estaba bien nutrida, no había sufrido ninguna enfermedad grave, no tenía cicatriz alguna y su dentadura era perfecta (sin ninguna carie).
En 1996 Juanita fue trasladada a los Estados Unidos, donde se le hicieron tomografías axiales computarizadas y punzaciones; esta intervención se le practicó en el estómago, las pruebas permitieron conocer que ocho horas antes de su muerte solo había consumido vegetales, entre ellos la coca y chicha.
Por la punzación que se le hizo al corazón, se pudo tomar una muestra de su ADN mitocondrial; en ese mismo año (1996) se tenían muy pocas muestras de ADN de personas de los andes en la base de datos, por lo que no se pudo hacer comparaciones precisas, pero se podía deducir que Juanita tenía como parientes cercanos personas de una tribu panameña llamada Gnobe, por la migración norte – sur y también ésta relacionada con Asia por la migración de ese continente hacia América del Sur y por el lado paterno viene de la región del lago Titicaca.
Características de Juanita
Tiene el ojo derecho más pequeño que el izquierdo debido al golpe que recibió al morir con una macana, un arma de guerra de piedra de 5 puntas, lo que le fracturó el cráneo y le causó hemorragias internas, fue elegida por ser una niña perfecta, inocente, pura, no tuvo ninguna enfermedad, sus dientes están completos, tenía huesos fuertes sin defectos físicos, era bonita. (Esto lo sabemos por las crónicas y fue confirmado por los estudios que se le hicieron en la Universidad John Hopkins en Estados Unidos).
Juanita fue criada en el Seqsi Wasi, la casa de los elegidos, vivían solo en el Cusco, se les consideraba muertos porque solo el Inca, los sacerdotes y su séquito podían verlos. Ellos crecían sabiendo que iban a morir, pero eso era un honor y un privilegio para ellos.
Los sacrificios humanos una característica de los Incas
Gracias a las primeras crónicas de los españoles, sabíamos que cuando los Incas ingresaron a esta Región hacia finales del Siglo XV, las montañas eran las principales deidades en el incanato.
Esta civilización confeccionaba estatuas de metales preciosos de sus dioses y también enterraban diversas joyas en honor a sus apus. Otra forma de guardar respeto y mantener contentos a sus dioses eran los sacrificios humanos, los cuales se entregaban como ofrenda. Según las crónicas españolas escritas en el periodo de la conquista, se realizaban estos sacrificios solo durante eventos cruciales en la vida del emperador inca, o para aplacar alguna enfermedad que padecía el supremo rey del imperio, también se llevaban a cabo en agradecimiento ante el nacimiento de un hijo del sumo gobernador, o para contar con el favor de los dioses ante la preparación de una guerra, también se llevaban a cabo este tipo de ritos cuando se realizaba una sucesión en el trono del imperio. También se practicaban sacrificios para evitar flagelos naturales como el mal tiempo, las epidemias, los terremotos y las erupciones volcánicas. Éstos eran consumados anualmente, durante las principales festividades en los más importantes templos ceremoniales a lo largo del imperio.