El experto internacional en temas de ética y responsabilidad social universitaria François Vallaeys se presentó en el Auditorio William Morris de la Universidad Católica de Santa Maria para dictar la conferencia Avanzando en el Camino de la Responsabilidad Social Universitaria – Arequipa, el expositor es profesor a tiempo completo de la Escuela de Postgrado de la Universidad del Pacífico. Es doctor en Filosofía por la Universidad de París Este (Francia) y máster en Filosofía por la Universidad de Nantes (Francia).
La organización del evento estuvo a cargo del Dr. César Sapaico del Castillo, jefe de la Oficina de Responsabilidad Social Universitaria, quien señaló “Vamos avanzando en el camino de la Responsabilidad Social Universitaria. Con el apoyo del señor rector, se ha podido conformar un equipo de treinta y seis coordinadores, uno por cada escuela profesional, además de personal administrativo que viene realizando esfuerzos por hacer que la Responsabilidad Social Universitaria vaya calando progresivamente en nuestra casa de estudios”.
“Puedo anunciar aquí y ahora, que como integrantes de URSULA, hemos concluido con el estudio en el cual la UCSM participa de la “Segunda Investigación Continental URSULA: Estado del arte de la RSU en América Latina 2019” y cuyos resultados serán presentados entre los días 25 al 27 de septiembre en Porto Alegre, Brasil”, advirtió el Dr. Sapaico
“Una tarea pendiente que tenemos sería la de poder desarrollar tesis transdisciplinarias, pues los problemas no son enteramente abordables desde un solo punto de vista. La realidad es compleja y multifactorial y deben ser abordados estos problemas desde varias ópticas de manera transversal”, concluyó.
Se habla mucho en los últimos tiempos de la “responsabilidad social” como de una dimensión ética que toda organización o institución debería tener como visión y promover en su actividad diaria. Hace buen tiempo que el mundo empresarial ha acogido y desarrollado la idea, pero la reflexión acerca de la responsabilidad social recién empieza a darse en el ámbito universitario. Quisiéramos en lo que sigue aportar una contribución al nuevo debate, definiendo el concepto de modo no reduccionista, y sin caer en la trampa de plagiar la definición empresarial de Responsabilidad Social (la Universidad no es, ni debe ser una empresa). También quisiéramos fijar el “horizonte de radicalidad” si se puede decir, hacia el cual debería caminar todo esfuerzo académico e institucional, si pretendemos practicar la Responsabilidad Social Universitaria de modo responsable, y no como mera receta cosmética
La Responsabilidad Social se desarrolla cuando una organización toma conciencia de sí misma, de su entorno, y de su papel en su entorno.
Presupone la superación de un enfoque egocéntrico. Además, esta conciencia organizacional trata de ser global e integral (incluye tanto a las personas como al ecosistema, tanto a los trabajadores como a los clientes) y, a la vez, “contagiarse” en todas las partes de la organización (todas las personas de la organización deben de poder acceder a ese nivel de conciencia).
Esta toma de conciencia está ligada a preocupaciones tanto éticas como interesadas. Se trata de una voluntad ética e interesada a la vez de hacer las cosas “bien” para que todos los beneficiarios internos y externos de los servicios de la organización estén “bien”. La ética, entonces, no aparece como freno al interés egoísta de la organización sino al contrario como empuje para su provecho. Así se crea una articulación pocas veces practicada entre ética y eficacia.
En base a esta articulación, se definen ciertos principios y valores como parámetros de acción “buena” para la organización. Se incluyen estos en la estrategia global y el funcionamiento rutinario de la organización, para que impregnen todos los ámbitos de las acciones de la organización y sus consecuencias (ámbitos económicos, sociales, laborales y ambientales). Así la acción colectiva de la organización se concibe como un todo complejo regulado y respondiendo por las exigencias y necesidades de todos los afectados potenciales.
La definición de lo que es “bueno” hacer o dejar de hacer depende de una negociación o diálogo entre los interesados y afectados por los servicios de la organización, o de una anticipación de los intereses de los afectados (sobre todo cuando estos no pueden participar realmente del debate, como por ejemplo las generaciones futuras). Así la ética practicada es: