¡Padre en tus manos, encomiendo mi espíritu!, fue la última palabra que pronunció Jesús antes de expirar tras ser crucificado; el silencio se apoderó de la Plaza del Vitral de la Universidad Católica de Santa María, escenario del Vía Crucis que congregó a autoridades universitarias, docentes, estudiantes y público que observaron la representación de la pasión y muerte del hijo de Dios por Semana Santa.
La muerte de Jesucristo, llevó a la reflexión a los integrantes de la comunidad universitaria, sobre como Dios entregó a su propio hijo para salvar al hombre del pecado; el Presbiterio Estefano Giordano, capellán de la casa santamariana explicó que, Jesús al ser asesinado por los hombres, vencer a la muerte y resucitar, nos demuestra el amor infinito de Dios hacia sus hijos.
Además, agregó que, el creador nos brinda a cada hombre un camino hacia la salvación, empezando este proceso con su conversión y a partir de ese momento hacer suyo el mensaje y enseñanza de Jesús para lograr ser incluido en paraíso junto a él.
Conversión de los jóvenes
28 actores y actrices del Teatro de la Universidad Católica de Santa María, pusieron en escena el Vía Crucis, obra que mostró 22 pasajes del Nuevo Testamento de la Biblia, los cuales fueron adaptados a un guion basado en la vida pública de Jesús.
La puesta en escena, empezó cuando Juan el Bautista bautiza al Mesías, quien fue representado por el estudiante Juan Carlos Martínez, con esta escena se recordó como Jesús inició su misión en la tierra como pescador de hombres.
Por segundo año consecutivo, el actor y estudiante de la Escuela Profesional de Comunicación Social, interpretó al hijo de Dios. Él refirió que representar a Cristo, fue una tarea muy ardua, porque durante las estaciones donde participó, debió controlar sus emociones y la vez buscó trasmitir al público el mensaje que el mesías nos enseñó, cómo es aprender a perdonar y amar a nuestros semejantes.
El arte un camino de transformación
Adriel Humpiri Vilca, estudiante de Comunicación Social, representó a Judas Iscariote, interpretar a este personaje le demandó mucho tiempo de ensayo; tras culminar el Vía Crucis, nos contó que representar al apóstol que traicionó a Jesús, le deja una experiencia personal que ha marcado un antes y después en su vida; porque experimentó sentimientos nuevos y pudo darse cuenta que la lealtad es un valor que el ser humano siempre debe practicarlo.
La directora del Teatro de la Universidad Católica de Santa María, Lic. Lina Alviz Peñalva, explicó que el Vía Crucis, fue preparado desde marzo pasado, a diario los actores ensayaron por dos horas, y también planificaron su vestuario, esta representación la denominaron “El camino de Jesús”, porque consideraron que durante su permanencia en la tierra como hombre el hijo de Dios, trajo un mensaje de amor y esperanza que hizo que las personas fueran mejores.
La presentación del Vía Crusis duró una hora y quince minutos, en ese lapso los actores y actrices marianistas buscaron trasmitir los actos de piedad de Jesús, así como el camino de oración que acrecentó su fe en el padre y la pasión que sufrió por el amor que tenía a los seres humanos, debido a que creía que las personas podían convertirse y seguir el camino de la salvación.