La semana del 16 al 22 de diciembre el Voluntariado de Santa María de la U.C.S.M. llegó a Visca Visca (4247 m.s.n.m.), Rumi Rumi (4441 m.s.n.m.) Mayrurumi (4424 m.sn.m.) y Sulpumayo (4521 m.s.n.m.). Todos anexos del distrito de Cayarani, Provincia de Condesuyos, Región Arequipa. Establecimos nuestro centro de operaciones en el Tambo de Visca Visca, (que es un lugar de acogida para acercar la presencia del Estado a las comunidades rurales más alejadas), desde allí salimos a los diferentes anexos. Por la altura en la que se encuentran estos lugares, el viento intenso, la lluvia, el granizo, y el frío glacial son parte de la rutina diaria. Nosotros los voluntarios, poco acostumbrados a este inclemente clima, lo sufrimos, sí; pero también lo gozamos; no todos pueden observar las nubes tan cerca al punto de casi tocarlas, sentir el gélido viento en el rostro, el granizo caer intempestivamente, en fin, todo ello es un privilegio.
En esta zona alto andina y quechua hablante, no existe un centro poblado propiamente dicho, las casas están dispersas entre lomadas, cerros y montañas; es lo que se conoce como una zona rural dispersa. Lo que centraliza y agrupa a la población es la I.E. mixta 40429, José Gabriel Condorcanqui Túpac Amaru II, de nivel primario y secundario, además la I.E. 1520071 de educación inicial. Para llegar al colegio los estudiantes bajan de los anexos y estancias ubicados a una o dos horas de distancia, incluso más; en el mejor de los casos su caminata solo será de media hora. Esta práctica caminante la realizan todos, inclusive los más pequeños de 5, 4 hasta de 3 años, y lo hacen con tal naturalidad que sorprende y admira.
Nuestra misión en Visca Visca se concentró en tres aspectos principales: a) visitas casa por casa, para conocer in situ a la gente, conversar con ellas, escucharlas, hacer oración y llevarles personalmente las donaciones recibidas. Esto implicó para los voluntarios subir y bajar cerros bajo el sol, la lluvia o el granizo inclemente; b) charlas diferenciadas con estudiantes y padres de familia del Colegio, desde el nivel inicial hasta el nivel secundario; además se realizó una Feria Vocacional en secundaria, para ayudar a los jóvenes en su decisión de continuar estudios; c) Atención odontológica, médica y psicológica que se realizó en el tambo de Visca Visca, hasta donde llegaron los pobladores del lugar y de anexos cercanos.
La visita a los anexos de Rumi Rumi, Mayrurumi y Sulpumayo, respondió a la necesidad de llegar a lugares más lejanos y aislados, así, evidenciar la exclusión, pobreza y miseria en la que viven tantos peruanos y peruanas: sin agua potable, sin luz, sin medio de transporte habitual, sin posta médica, etc. carencias que deben recordar a las autoridades locales y regionales lo mucho que falta por hacer para democratizar los mínimos servicios básicos en nuestra región. Por eso, en coordinación con el responsable del Tambo conseguimos movilidad por dos días y pudimos llevar a estos anexos la ayuda solidaria de toda la comunidad universitaria: víveres, ropa, juguetes que estos hermanos y hermanas recibieron con gran satisfacción y alegría. El deseo era llegar aún más lejos, pero la falta de medios de transporte no lo permitió.
Lo más hermoso de esta Misión, como siempre, ha sido la hospitalidad y acogida de la gente, que no deja de sorprendernos con su sabiduría, amistad y cercanía. Los ancianos que desde su pobreza no enseñan el verdadero sentido del compartir, nos ofrecieron lo que tenían, un vaso de leche, de api, algunos quesos; los jóvenes nos interrogaron con acuciosas preguntas ¿por qué existe la discriminación?, ¿cómo acceder a becas de estudio?; los niños y las niñas fueron el mejor calor humano recibido, porque ellos abrazan con el corazón.
Nosotros los visitamos con la esperanza de ayudarlos en algo, pero recibimos más de lo que dimos; ellos nos ayudan a mirar la realidad con otros ojos, nos permiten recentrar nuestras prioridades y nos alertan sobre la urgencia de conocer el Perú a profundidad. Por eso, para nosotros, el Voluntariado de Santa María es “ese cable a tierra” que nos facilita el necesario acercamiento a la realidad, tanto desde la fe, como desde la ciencia. Carla Begazo Maica.